domingo, 27 de enero de 2013

LEONARDO DA VINCI



Leonardo nació en 1452 en Anchiano, cerca de Vinci, Italia. Creció con su padre en Florencia. Sus primeros bocetos eran de tal calidad, que tan pronto como su padre los mostró al pintor Andrea del Verrochio, este tomó al joven de 14 años como aprendiz. Posteriormente Leonardo mostró su propio taller como pintor independiente en Florencia.

Entre 1482 y 1499 trabajó para el duque de Milán Ludovico Sforza y mantuvo su propio taller, en el que trabajaban varios aprendices. Leonardo permaneció en Milán por un tiempo. 

Desde 1513 a 1516 vivió en Roma, donde en ese momento trabajaban pintores como Rafael y Miguel Ángel; no tuvo sin embargo mucho contacto con estos artistas. De todas maneras se cree que la presencia de Leonardo fue de importancia capital para el cambio de sitio del "David", la obra maestra de Michelangelo, quien al parecer estaba disgustado por ello. 

Leonardo es bien conocido por su obra pictórica, entre la que destacan La Gioconda (actualmente en el museo del Louvre de París) y La última cena. Sin embargo, hasta nuestros días sólo han llegado 70 pinturas y ninguna de sus esculturas. 



Leonardo era un pintor compulsivo que a menudo planeaba grandes obras pictóricas para abandonarlas sin terminar. En 1481 se le encargó la decoración del altar La adoración de los Magos. Después de grandes proyectos y numerosos bocetos, la obra fue abandonada sin terminar cuando Leonardo se trasladó a Milán. Allí invirtió algunos años planeando y realizando modelos de la estatua de un monumental caballo de bronce de 8 metros que iba a alzarse en Milán. A causa de la guerra con Francia, el proyecto nunca se llevó a cabo.

Sus detallados estudios de la anatomía, como por ejemplo el Hombre de Vitruvio, son quizá más impresionantes que sus trabajos pictóricos, al igual que sorprenden aún sus trabajos sobre ingeniería, los pájaros, el vuelo y otras áreas que suscitaron su insaciable curiosidad. 



Sus elucubraciones sobre temas técnicos y científicos eran registrados por Leonardo con minuciosidad y en ellos se combinaba perfectamente el arte con la ciencia para representar de la mejor manera posible la materialización de sus ideas. Sin embargo, con cierto afán críptico, como si no quisiera desvelar del todo sus descubrimientos, Leonardo, que era zurdo, realizaba sus escrituras reflejadas, escribiendo de izquierda a derecha. 



Dotado de una aguda capacidad de observación, su aproximación a la ciencia nunca destacó por sus explicaciones teóricas ni por recurrir a experimentos; en cambio, para comprender los fenómenos que le interesaban los describía y dibujada hasta sus últimos detalles; planeando realizar una gran enciclopedia basada en detallados dibujos de todo lo conocido.

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