ANTONIO MACHADO
Antonio Machado (Sevilla, 1875- Colliure,
1939) fue un famoso poeta español. Perteneciente a una familia liberal, se
trasladó en 1883 a
Madrid al obtener el abuelo paterno una cátedra en la Universidad central.
Junto a su hermano Manuel, estudió en la Institución Libre
de Enseñanza.
En 1900 obtuvo el grado de bachiller. Hasta entonces,
había intentado abrirse camino como actor en la compañía de Fernando Díaz de
Mendoza, ya había escrito algunos artículos en el periódico La caricatura y
había viajado a París (1899), donde trabajó en la editorial Garnier y conoció a
Jean Moréas, Oscar Wilde, Pío Baroja y, en un segundo viaje (1902), a Gómez
Carrillo, que le proporcionó un empleo en el consulado francés de Guatemala.
En 1901 publicó sus primeros poemas en la revista
Electra. En 1902 conoció a Juan Ramón Jiménez, y a finales de ese mismo año
apareció su libro Soledades, con fecha de 1903; la obra se reeditó en
1907 con el título de Soledades, Galerías y otros poemas, al tiempo que
el autor obtenía la cátedra de francés en el Instituto de Soria. Dos años más
tarde contrajo matrimonio con Leonor Izquierdo.
En 1910, la
Junta de Ampliación de Estudios le concedió una beca de un
año para estudiar en París, donde siguió las clases de Bergson y de Bédier.
Leonor enfermó gravemente y, en 1911, regresaron a Soria; poco después de la
muerte de su esposa apareció publicado Campos de Castilla (1912).
Machado pasó al
Instituto de Baeza; su obra adquiriría un tono cívico de preocupación nacional
y abundaría en descripciones paisajísticas. La Residencia de
Estudiantes le editó en 1917 las Poesías completas, donde se incluían
composiciones inéditas. En este mismo año obtuvo el título de licenciado en
Filosofía y Letras, y Saturnino Calleja le publicó sus Páginas escogidas.
En 1919 apareció
una segunda edición de Soledades, Galerías y otros poemas y consiguió un
traslado a Segovia, en cuyo Instituto profesó hasta 1931. Durante esta época
fue nombrado miembro de la
Real Academia Española (1927), viajó frecuentemente a Madrid
y publicó en El Sol, Índice y Revista de Occidente, donde
aparecieron los primeros poemas del cancionero apócrifo de su heterónimo «Ábel
Martín». Es probable que conociese entonces a Guiomar, nombrada una y otra vez
en la última parte de su obra. Junto a su hermano Manuel presentó varias
comedias teatrales, entre las que cabe mencionar Desdichas de la fortuna
o Julianillo Valcárcel (1926).
En 1934 aparecieron los primeros trabajos de otro de sus
heterónimos, «Juan de Mairena», en el Diario de Madrid; por otra parte, residía
ya en la capital española y profesaba en el Instituto Calderón de la Barca. Sus últimos
textos serían Nuevas canciones (1924), De un cancionero apócrifo (1924-1936) y
la recopilación de prosas Juan de Mairena (1936). Al estallar la guerra
radicalizó sus posiciones en favor de la República.
En 1939 se exilió en Francia, donde fue ingresado en un
campo de refugiados, gracias a la gestión de Jean Cassou y de otros
intelectuales franceses. Murió poco después que su madre, junto a quien
permanece enterrado en el cementerio de Colliure.
(LAS MOSCAS)
Vosotras, las familiares,
inevitables golosas,
vosotras, moscas vulgares,
me evocáis todas las cosas.
¡Oh, viejas moscas voraces
como abejas en abril,
viejas moscas pertinaces
sobre mi calva infantil!
¡Moscas del primer hastío
en el salón familiar,
las claras tardes de estío
en que yo empecé a soñar!
Y en la aborrecida escuela,
raudas moscas divertidas,
perseguidas
por amor de lo que vuela,
—que todo es volar— sonoras
rebotando en los cristales
en los días otoñales ...
Moscas de todas las horas,
de infancia y adolescencia,
de mi juventud dorada;
de esta segunda inocencia,
que da en no creer en nada,
de siempre... Moscas vulgares,
que de puro familiares
no tendréis digno cantor:
yo sé que os habéis posado
sobre el juguete encantado,
sobre el librote cerrado,
sobre la carta de amor,
sobre los párpados yertos
de los muertos.
Inevitables golosas,
que ni labráis como abejas
ni brilláis cual mariposas;
pequeñitas, revoltosas;
vosotras, amigas viejas,
me evocáis todas las cosas.